Pintura: Juan Romero (España)

La bondad va más allá de un simple
Cuando pienso en la bondad
en el sentido más depurado,
poso mis ojos en los árboles
pues hacia ellos confluyen
todos los mundos,
son gestores discretos
de clemencia en vínculo
estrecho y natural.

La bondad va más allá de un simple
ofrecimiento de cosas materiales.
Cuando pienso en la bondad
en el sentido más depurado,
poso mis ojos en los árboles
pues hacia ellos confluyen
todos los mundos,
son gestores discretos
de clemencia en vínculo
estrecho y natural.
Aún aquél que imagino inútil
es bondadoso en su barbecho,
la simpleza de su existencia
es lección concisa para el hombre.
Y si muere, ay, si muere un árbol,
sigue siendo generoso,
sus restos renovarán la tierra
y darán calor a mi morada.
es bondadoso en su barbecho,
la simpleza de su existencia
es lección concisa para el hombre.
Y si muere, ay, si muere un árbol,
sigue siendo generoso,
sus restos renovarán la tierra
y darán calor a mi morada.
Los árboles no alardean,
ni pretenden, ni presumen,
tampoco esperan retorno,
sólo existen así, desnudos,
sencillamente honestos
en virtuosa benevolencia.
ni pretenden, ni presumen,
tampoco esperan retorno,
sólo existen así, desnudos,
sencillamente honestos
en virtuosa benevolencia.
Poso mis ojos en los árboles
y los venero, porque en la fuente
de su intrínseca entelequia
está la bondad precisa y perfecta.
y los venero, porque en la fuente
de su intrínseca entelequia
está la bondad precisa y perfecta.
Marysol Salval
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