Hoy te escribo, libertad,
mirando la vida desde tus alturas,
y como bellos reflejos
que deslumbran mis ojos,
brilla un fresco y nuevo florecer
entre tus líricos y amorosos vuelos.
Llegas a mis campos desde lejos,
ave de paso que planeas leve,
y en tu plumaje traes el rocío
de un río caudaloso donde cantas
junto a alegres y rosados delfines.
Te miro arribar con tus alas extendidas
para ofrendar la dulzura de tu ambrosía,
entre cuentos hermosos y niños alegres
que narran junto a ti con sus voces tiernas,
del amor, del existir, y por qué no, de la muerte.
En tu cuerpo una flor encarnada
de los colores de tu valle
figurando en ellos los momentos felices
y también los difíciles,
como lo hace desde siempre el arco iris
en brillante e irisada alegoría.
Yo te saludo con los brazos abiertos
al verte pasar, ave gitana,
celebrando la vida con regocijo,
y deseo para ti propicios vientos
que eleven con holgura tu arrebato,
y que el Dios que alumbra
tu mirada, y la mía,
no te falte, mas siempre nos guarde.
© - Marysol Salval
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