Pintura: Eduardo Rodriguez Galeano

Que mi mirada no olvide
y valga para las cosas que valen,
aquellas que trascienden,
lo aprendí de mi madre
que estando casi ciega,
y también olvidadiza,
porque el alzheimer
nubla la memoria,
tomando mi mano
susurró en mi oído:
"opta siempre por la belleza
que permanece al fondo
de tus ojos"
Frente a su locura
y ante su ceguera,
tras aquel consejo,
junto a ella, Dios.
Marysol Salval
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