Quebrada,
carente, desprovista,
vasija vacía
y en el fondo
grietas de sequía.
La nada
al otro lado
del espejo,
oquedad desierta
cruda y contundente.
Nada que ya es algo,
sitio justo y vacante,
lo que se necesita
para empezar de nuevo.
Marysol Salval
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