No he podido sentirme hoy
más que un ser a medias,
y en este testimonio
que es lluvia que arrastra
el bronce de hojas muertas,
voy pisando a ciegas,
peregrina de tormentas,
armada sólo de palabras
en inflexión de espejismos.
Allí, errabunda, al fin me rindo,
confusa y monocorde,
y una multitud de orfandades
desmantela en el pecho
la única mitad mía
que podría salvarse.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario