
A veces la ilusión y el amor
toman formas extrañas,
y solo llegan, de pronto,
desde el fondo de un espejo
para hacerte saber
que estamos siempre
a merced de lo inexplicable.
De nada vale la sensatez
en esta clase de sucesos,
ni pensar que han llegado
inoportunos y tardíos,
ni pensar que han llegado
inoportunos y tardíos,
están hechos de un viento
propio y desconocido
que murmura un canto
de dulce épica al oído...
Y nosotros, transeúntes
de estaciones ya idas
y de cansancios antiguos,
refrescamos el paso
refrescamos el paso
con ojos sorprendidos,
y con el alma en un hilo
sin saber por qué
nos dejamos arrastrar
en aquel insondable remolino.
Marysol Salval
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