Pintura: Yehuda Pen (bielorruso, siglo XIX)

En tu mesa de trigales
la harina llueve en ofrenda,
sal y miel, pizcas iguales
para alegrar toda senda.
Ha de ser alba acendrada
el agua de tibia fuente,
sobre fécula arrullada
la verterás complaciente.
Fermento noble y leudante
la hará dormir bajo manto,
en un calor confortante
brotará vasto su encanto.
Tensarás luego en rodillo
la perla blanca extendida,
develando así su brillo
como una novia lucida.
El horno ya está encendido
y aguarda a la cortejada,
con un arrojo acrecido
templará a tu bienamada.
Yo quiero gustar la blanda
cálida miga en mi boca,
y mi ansia también demanda
la corteza que provoca.
Así el trigal de la mesa
panadero, va surgiendo,
bendición, paz y promesa
es tu pan que va naciendo.
Es muy noble tu labor
artesano panadero,
Dios bendiga protector
tus manos claras de hornero.
la harina llueve en ofrenda,
sal y miel, pizcas iguales
para alegrar toda senda.
Ha de ser alba acendrada
el agua de tibia fuente,
sobre fécula arrullada
la verterás complaciente.
Fermento noble y leudante
la hará dormir bajo manto,
en un calor confortante
brotará vasto su encanto.
Tensarás luego en rodillo
la perla blanca extendida,
develando así su brillo
como una novia lucida.
El horno ya está encendido
y aguarda a la cortejada,
con un arrojo acrecido
templará a tu bienamada.
Yo quiero gustar la blanda
cálida miga en mi boca,
y mi ansia también demanda
la corteza que provoca.
Así el trigal de la mesa
panadero, va surgiendo,
bendición, paz y promesa
es tu pan que va naciendo.
Es muy noble tu labor
artesano panadero,
Dios bendiga protector
tus manos claras de hornero.
Marysol Salval
D.R.
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