Octogenaria

Dedicado a mi querida tía Alicia Salazar Córdoba, 
en el día de la celebración de su cumpleaños 88.

(6 de noviembre de 2013)

 Alicia

Desde el oleaje que agita el cariño

y puede al riachuelo tornarlo océano,

 nada tan auténtico como sus impulsos

que están por encima de todas las cosas.

Noviembre llega rebosando el espíritu

y renueva la llave primigenia

 que abrió las puertas a tu historia.

Muchas primaveras alza este tiempo

que florecen tersas en la memoria

a pesar de las heridas certeras

que ya serenas descansan

en otras estaciones de tu vida.

El nidal escampado de tu seno

bulle ahora repleto de pájaros

que encienden trinos en tus ojos

y aletean tiernos en los labios.

Abres sin procurar las flores blancas

de amadas madres ausentes,

y la semblanza entrañable de un padre

suave desciende de entre los pliegues

deudos y dulces de tu rostro.

Hoy eres un poema que ha nacido

entre vuelos altos, translucido,

como cascada clara de montaña,

un poema en voz alta, incubado

en abrazos y amparos familiares

y en el cariño cierto que siempre

ofrecen tus sonrisas memorables.

Alegre vida te deseo con un afán

bullente, liberada de ausencias

y de silencios, colmado tu cielo

de complacencia por todo esfuerzo

y sacrificio en cada uno de tus pasos,

y cuando llegue el momento

en que te debas ir, irremediable,

por la senda donde caen las auroras,

lleves contigo este nidal prendido,

que por ti, en noviembre, se desborda

de aleteos alegres, de trinos y de pájaros.