Aguada y tinta sobre cartón
De mi autoría
A mitad del camino perdí su rastro,
su huella yo seguía en limpidez de luna,
pero súbito huyó en nebulosa bruna
quedé abandonada en penoso deslastro.
No oigo su canto, cascada saltarina
que colmaba mi ser de dulce ambrosía,
inquieta niña, bálsamo de alegría
compañera en mi vida, agua cristalina.
Dónde te ocultas, pequeña golondrina,
no ves que sin ti se alarga mi agonía,
no ves que tu vuelta al fin resarciría
el mal que dejaste al irte repentina,
tu trinar
jubiloso es la alegoría
que dulcifica mi senda peregrina.
© - Marysol Salval
No hay comentarios.:
Publicar un comentario