Un astro rey ha venido
para bruñir en mi centro,
su claridad va trocando
en diamantes los carbones
que oscurecían mi pecho.
Lumbrera centelleante,
destello de mis anhelos,
rayo que serpentea íntimo
va refulgiendo el azul
que adormecía mi cielo.
Rezuma este tibio sol
por los poros de mi piel,
fulgurante savia etérea
es atalaya y promesa,
estallido de mis ojos.
Se me nota desde lejos,
me lo dicen cuantos pasan,
el amor es el lucero
que ha comenzado a posarse
radiante dentro de mi alma.
© - Marysol Salval
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