Ciudadana del mundo, de aqui y de allá. Enamorada de la vida y agradecida de Dios. Le canto al amor en todos sus matices.







7/29/2008

Un milagro común




Me considero una buscadora de milagros, pero de milagros genuinos y edificantes. No hablo de abrir camino en el mar Rojo ni de caminar sobre las aguas, hablo de la variedad común, de esos que operan por las leyes de la naturaleza, con raíces que se sujetan a suelos firmes y pétalos que se abren al sol.
Busco milagros en cualquier parte, y siempre estoy muy atenta observando el mundo que me rodea. A veces, cuando voy conduciendo, reduzco la velocidad lo más que puedo para no perder la oportunidad de ver lo máximo posible, hasta donde mi mirada alcance. Vivir en el campo me permite disfrutar de un maravilloso paisaje.
Cierta vez en que iba llegando a mi trabajo, por la carretera, observé que una mariposa bicolor volaba frente a mi camioneta, hacia mi, y que la pobre iba a chocar. Vi descorazonada como desaparecía en frente del vehículo. Se había metido en una fisura de la tapa del motor, y yo alcanzaba a ver su aleteo marrón y blanco.
Me detuve al borde del camino para sacarla pensando que estaba moribunda, y para que no sufriera, al menos podría colocar su cuerpecito sobre el pasto, o en un arbusto, pero al levantar la tapa, la mariposa batió con energía las alas, alzó el vuelo y se fue.
Me quedé mirando la rítmica y ágil danza de la mariposa vuelta a nacer y busqué una explicación.
Quizá no debí sorprenderme tanto ya que las mariposas poseen mucho control sobre sus movimientos y sus gráciles alas no son tan frágiles como aparentan, además pensé que unos cuantos principios aerodinámicos podían explicar adecuadamente por qué se había salvado. A pesar de eso, cuando miré a la mariposa ascender por los aires en alado testimonio de la elasticidad de la vida, me convencí de que esto no podía ser otra cosa que un pequeño milagro.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi blog siempre serás bien recibida Marisol, te añado a mi lista.
He entrado en tu blog, que hermoso el relato de la mariposa, veo que sabes saborear la vida con los ojos abiertos, viviendo de lleno el momento presente.
Ya leeré tranquilamente todos tus poemas y narraciones, me gusta mucho tu forma de expresarte.
Un beso grandote desde España.

Marysol Salval dijo...

Gracias por la visita,Conra, me complace que te gustara esta pequeña historia. Eres bienvenida en este rincón, puedes pasear libremente por él cuando así lo desees.
También estás en mi lista.
Saludos

Adriana Lara dijo...

muy cierto. Un milagro.

Makeka Barría dijo...

Un bello milagro que tú misma provocaste... obra del Señor que te usó para ese fin.
Bello relato.
Un abrazo.

Marysol Salval dijo...

Adriana: Muchas gracias por la visita y por ver lo mismo que yo.
Vuelve cuando quieras.

Marysol Salval dijo...

María Angelica: El mundo es ante nuestros ojos, según el prisma que usemos para verlo.
Es bueno verte por aqui. Te deseo muchos pequeños milagros en tu andar. Gracias por venir.

Anónimo dijo...

Lo bonito de los milagros es que somos nosotros quienes los creamos.¡Qué nos importan ahora las leyes de la aerodinámica! En tu recuerdo, y en el nuestro, y el recuerdo es lo único que nos queda, tu mariposa se salvó gracias a un milagro.
Preciosa historia.

Saludos

Marysol Salval dijo...

Muchas gracias, Jusamawi. Estos pequeños milagros son los que le dan el color de la ilusión a la vida.
Un abrazo en la distancia